miércoles, 23 de marzo de 2011

Nada de burda, fijaté

No deja de ser curioso que una revista mítica como es Burda, dedicada cien por ciento a la costura y caracterizada por sus prácticos y bien detallados moldes que derivan en femeninas prendas, tenga un nombre que significa en castellano algo tan opuesto.

Sin embargo, su nombre no hace referencia a esto sino que proviene de su creadora, Aenne Burda. Nacida en Offenburg como Anna Magdalena Lemminger, en 1930 conoció al editor Franz Burda, con el que se casó y fundó un gran imperio editorial dedicado a la moda, el “Burda Moden” que enseñó a coser a mujeres del todo el mundo con sus patrones de moda.Su premisa era “ofrecer una moda práctica y al alcance de amplios círculos de la población” en tiempos tan difíciles como la posguerra. Una premisa democrática y que no sólo ayudó a vestir a mujeres y sus familias sino que, también, generó nuevos ingresos.

El ejemplo de Aenne Burda me hace pensar que la costura ha sido un pilar para muchas familias y que es un oficio noble y generoso. Para mí, aprender a coser es una experiencia íntima, de confianza y generosidad.

La revista Burda no me ha acompañado en el desarrollo de mi naciente oficio pero recuerdo perfectamente que cada vez que veía una de estas publicaciones me daban unas enormes ganas de vestirme como las modelos. Me fascinaban las producciones de moda, los paisajes y las expresiones de las chicas que vestían con lo más de moda de la época.

Ahora, el artista gráfico peruano Raul Ronald Moreno Cárdenas usó antiguas revistas Burda (1966) para realizar collages y videos que se mezclan con imágenes de otras revistas, texturas y papeles murales en una muestra llamada "Tribute to Burda, Retrospective Collage"

Lo que más me gustó de este trabajo es la descontextualización de las imágenes sesenteras, que parecen renovadas con el uso del color y técnicas gráficas hasta parecer imágenes actuales.

Como vemos, Burda siempre ha inspirado.


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